"Lo que pasa en Monte se queda en Monte".
¿Se queda en Monte? ¡Y un huevo!
Hoy es 21 de noviembre. Un día que será por siempre recordado como el día en el que hice mi aparición en este mundo. Así que sí, ¡hoy es mi cumpleaños! Y para celebrarlo, nada mejor que postear el último de los artículos de mi serie sobre Monte San Savino 2013, que también es muy personal. Mi más íntimo regalo a todos mis estimados lectores de todo el mundo.
Por este, queridos amigos, es la verdadera historia que hay detrás del fin de semana de Monte San Savino. La verdadera historia que nadie está dispuesto a contar porque tienen miedo de lo que les pueda pasar el próximo año en Monte San Savino. Una historia de aventuras épicas, amor, traición, bien y mal, corrupción, y muerte. Vale, no de muerte (¡fiuuu!) pero introducir la historia así me parecía como más molón, ¿no?
Esta es la historia de cómo el legendario Volomir cayó en el camino hacia el lado oscuro... y se convirtió en Vomitir, su némesis (por un rato al menos).
Vomitir no era un mortal cualquiera. El bien y el mal lucharon pero la redención no era una posibilidad. Sus poderes trascendieron y finalmente se hizo uno con la Fuerza. Así cayó el oscuro Vomitir.
Esta entrada está dedicada a Roman Lappat y Valérie Bruère, los más queridos compañeros de habitación y testigos involuntarios del Ascenso y Caída de Vomitir. Ningún abrigo fue dañado en el proceso. Bueno vale... quizá uno.
¡Y muchas gracias al Painting Buddha! ¡La aventura no habría sido la misma sin estas fotos suyas!
5 comentarios:
Que es un concurso si la farra previa y la de despues.
Grande maestro
BRUTAL jajajajaja!
Aunque creo haberte visto en situaciones peores, jajaja!
O no recuerdas el Golden de Barcelona 2012, que llegaste con un resacón enorme? xDDD
Pues la resaca de Monte fue aún peor... no te digo más XD
¡¡Felicidades, borrajas!! Espero que Vomitir resurgiera anoche de sus cenizas con toda su maldad.
Qué gracia tendría este mundillo si no hubiera desmadres así, ¿no?
¡¡Abrazos desde la France!!
A.
Muy bueno je je, yo aún me acuerdo de una borrachera épica en Navarra, (que malo el pacharán) ja ja
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